10 nov 2010

Marc Augé - Los no lugares. Una antropologia de la Sobremodernidad

La noción de no-lugar es una de las bases de la ruta de este camino, es lo que representa la vida durante el viaje, es lo que se ve, que se vive y se transita. Y se convierte en escenografia transitoria de la memoria.
La palabra no-lugar ha sido cuñada por el antropologo francés Marc Augé.
Para que se pueda entender de manera clara lo que con este termino se quiere decir, hay que definir su termino opuesto, mucho mas estable a nivel de sentido común y de relación con todo los demás.
Por esto, para poder definir lo que se entiende con no-lugares, hay que definir antes lo que se entiende por lugar. Según la Real Academia Española el termino tiene diferentes acepciones que se refieren mas o menos todas al lugar como espacio ocupado por cualquier persona. Sin embargo en el uso común el termino se usa para referirse a sitios como pueblos, paisajes, etc...
Usos que se diferencian con la definición antropológica del termino que define el lugar como un espacio fuertemente simbolizado, en el cual podemos leer en parte o en su totalidad la identidad de los que lo ocupan, las relaciones que mantienen y la historia que comparten. En términos filosóficos la palabra se refiere al lugar como "territorio retórico", es decir, un espacio en donde cada uno se reconoce en el idioma del otro, y hasta en los silencios. Es un universo de reconocimiento,
donde cada uno conoce su sitio y el de los otros, un conjunto de puntos de referencias espaciales, sociales e históricos.
Aclarado así el significado del termino lugar se puede ahora introducir todo lo que su opuesto define. Por Marc Augé el no-lugar es un espacio en donde no se pueden leer la identidad, la
relación y la historia. Un espacio en donde no se inscriben relaciones sociales duraderas, un espacio por así decirlo de transito. El antropologo subdivide estos lugares en tres categorías fundamentales: espacio de circulación (autopistas, metro, áreas de servicios en las gasolineras,estaciones de trenes, aeropuertos); espacio de consumo (super e hipermercados, cadenas hoteleras, centros comerciales); espacio de la comunicación (pantallas, televisión, cables).
En su libro "Los "no lugares"; espacios del anonimato", (Ed.Gedisa, Barcelona, 2000) Augé nos habla de la sobremodernidad como productora y causa a la vez de la creación de no-lugares:
La hipótesis aquí defendida es que la sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos y que, contrariamente a la modernidad baudeleriana, no integran los lugares antiguos: éstos, catalogados, clasificados y promovidos a la categoría de 'lugares" de memoria", ocupan allí un lugar circunscripto y específico. Un mundo donde se nace en la clínica y donde se muere en el hospital, donde se multiplican, en modalidades lujosas o inhumanas, los puntos de tránsito[...]”.
En el libro define que para tener bien clara la diferencia entre lugar y no-lugar hay que dividir estos en otras subcategorias de referencias; así respectivamente llama lugar subjetivo aquel lugar que puede crearse dentro de un no-lugar. Se trata de los vínculos simbólicos que se manifiestan en el espacio concreto del no-lugar, (como las relaciones de las personas que trabajan en un aeropuerto).
Luego habla de dicotomias, llamando lugar objetivo aquel espacio en donde se inscriben marcas objetivas de identidad, de relación y de historia, (monumentos de soldados caídos, iglesias, plazas publicas, escuelas...); y lugar simbólico a los modos de relación entre las personas que prevalecen en él, (residencia, intercambio, lenguaje).
Por otro lado llama no-lugar objetivo los espacios de circulación, comunicación y consumo;
y no-lugar subjetivo los modos de relación con el exterior que prevalecen en él:
(paso, señalación, código).
En uno de sus escritos: “Sobremodernidad. Del mundo de hoy al mundo de mañana.”el mismo autor incide hablando de sobre-modernidad no solo como productora de estos lugares, sino como también prueba de la existencia empírica de los mismos:
"Los no-lugares, entonces, tienen una existencia empírica y algunos geógrafos,
demógrafos, urbanistas o arquitectos describen la extensión urbana actual como
suscitando espacios que, si se retiene la definición que propuse, son verdaderos
no-lugares."